Sección V

Amor o Miedo

Criar desde el Amor y No desde el Miedo

Ser padre es una de las experiencias más transformadoras de la vida. Desde el momento en que un hijo llega al mundo, nace con él una gran responsabilidad: guiarlo, protegerlo y darle las herramientas para crecer.

Pero, muchas veces, esa protección nace desde el miedo.

Miedo a que sufran.
Miedo a que fracasen.
Miedo a no ser suficientes como padres.

Sin darnos cuenta, ese miedo se convierte en la base de nuestra crianza. Y cuando educamos desde el miedo, creamos niños que aprenden a vivir desde la inseguridad, la culpa o la necesidad constante de aprobación.

Entonces, ¿cómo podemos criar desde el amor en lugar del miedo?

¿Cómo se ve la crianza desde el miedo?

Educar desde el miedo puede tomar muchas formas, algunas tan sutiles que a veces ni siquiera nos damos cuenta:

  • Sobreprotección: No dejar que los niños enfrenten dificultades porque tememos que sufran.

    • Ejemplo: No permitir que un niño intente algo nuevo por miedo a que se frustre o falle.

  • Control excesivo: Intentar decidir cada aspecto de su vida para evitar que cometan errores.

    • Ejemplo: Elegir por ellos sus actividades, sus amigos o incluso sus emociones.

  • Uso del miedo como herramienta: Disciplinar a los niños con amenazas, castigos o culpabilidad.

    • Ejemplo: “Si no te portas bien, nadie te va a querer” o “Si no sacas buenas notas, nunca serás nadie en la vida”.

Cuando los niños crecen en un ambiente basado en el miedo, aprenden a dudar de sí mismos, a temer al error y a buscar la validación externa en lugar de confiar en su propio criterio.

Criar desde el amor crea niños seguros y felices

Criar desde el amor no significa evitar que los niños enfrenten dificultades. Tampoco significa ser permisivos o dejarlos sin límites. Criar desde el amor es acompañar en lugar de controlar. Es permitir que los niños se equivoquen, aprendan y desarrollen confianza en sí mismos.

Cuando un niño es criado desde el amor:

  • Aprende a confiar en sí mismo.

    • En lugar de decir: “No hagas eso, seguro te sale mal.”

    • Podemos decir: “Inténtalo, estoy aquí para apoyarte.”

  • Desarrolla resiliencia.

    • En lugar de evitar que enfrenten desafíos, los acompañamos en el proceso.

    • Podemos decir: “A veces las cosas no salen como queremos, pero siempre podemos aprender de ello.”

  • Se siente amado por quién es, no por lo que hace.

    • En lugar de condicionar el amor a su rendimiento (“Si sacas buenas notas, te quiero más”), mostramos amor incondicional.

    • Podemos decir: “Te amo tal como eres, sin importar tus logros o errores.”

Cambiando la forma en que nos comunicamos con nuestros hijos

Las palabras que usamos tienen un impacto profundo en los niños. A veces, una pequeña diferencia en la forma en que nos expresamos puede cambiar por completo el mensaje que reciben.

Aquí algunos ejemplos de cómo podemos reemplazar el miedo por el amor en nuestras palabras:

“No llores, ya estás grande para eso.”
“Está bien sentirse triste, estoy aquí contigo.”

“Si te caes, te lo dije.”
“Si te caes, yo te ayudo a levantarte.”

“No hagas eso, te vas a equivocar.”
“Inténtalo, y si necesitas ayuda, aquí estoy.”

Cuando los niños crecen en un ambiente donde sus emociones son validadas y donde pueden explorar el mundo sin miedo a equivocarse, se convierten en adultos más seguros, resilientes y felices.

Amar es confiar

Criar desde el amor no significa evitar que los niños enfrenten dificultades. Significa estar a su lado cuando lo hagan. Significa darles la seguridad de que el amor no depende de su éxito o comportamiento, sino de quiénes son.

Porque, al final del día, lo que más necesitan los niños no es protección absoluta, sino padres que confíen en ellos, que los acompañen con amor y que les enseñen que el mundo no es un lugar que deban temer, sino un lugar que pueden explorar con confianza.

Criar desde el amor es soltar el control y abrir los brazos.

Es confiar.

Es estar presentes.

Es amar, sin miedo.

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teescucho@serns.org